viernes, 4 de septiembre de 2009

ENTREGAS


Puede acaso la muerte tener un rostro?
Era tal vez una consulta de rutina un malestar inespecifico ,ese dolor que langida muerte deja había empezado a reflejarse en su rostro.
Dejaste de aparecer el salón con esa sonrisa de niño que miraba complaciente cuando mencionaba tu nombre y me sujetaba tu hombro.. ahora me cuesta mirarte postrado en esa cama no pudiendo luchar mas.,con la piel marcada por todo lo vivido,con esa mirada hundida el el miedo a no poder despertar nuevamente,te estoy perdiendo y me duele.
Anhelo el dejar entrar a tu habitación el sonido del mar, amaneceres cargados de luz y el olor de tu pasado.
Te dejo un beso cada mañana con la esperanza que mi cariño te colme y con la ilusión de volvernos hallar al final del camino cuando el ocaso de lo vivido toque a mi puerta.

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